La guardia varega tiene su origen en la Constantinopla-Bizancio del
siglo X d.C, cuando el emperador Basilio II Bulgaróctono, a fin de sofocar una
rebelión de la nobleza, firma un tratado con el rey Vladimir I de
los rus (vikingos escandinavos que se habían establecido a orillas
del Volga) por el cual entregaba la mano de su hermana a cambio de
6000 soldados. Tras ver su eficacia y lealtad, el emperador decidió
convertirlos en su guardia personal. Con el paso del tiempo, se
unirían a la guardia anglosajones, daneses y normandos.
Los bizantinos sabían de este pueblo debido a varias incursiones que
los vikingos habían llevado a cabo en Constantinopla-Bizancio,
frenadas siempre por los superioridad técnica del defensor (véase
el fuego griego).
En cuanto a por qué Basilio formó su guardia con extranjeros, se
produce un paralelismo con la guardia pretoriana de su hermano
occidental: los romanos y bizantinos tenían tal tendencia a derrocar
a sus emperadores que era más fiable contratar extranjeros.
La guardia varega juraba lealtad no al emperador si no al título
imperial. Para muestra un botón, cunado los varegos fallaron en
proteger a Nicéforo II se arrodillaron ante su asesino y le juraron
lealtad. Queda la siguiente cita: “Vivo, lo habríamos defendido
hasta el último aliento; muerto, no había razón para vengarle.
Ahora tenemos un nuevo amo”. Una filosofía pragmática que les
permitiría conservar su puesto hasta la caída del Imperio.
Cuando el emperador moría, los varegos obtenían el derecho de
“pillaje de palacio”, que les permitía tomar tanto del tesoro
imperial como pudieran cargar. Esto fue una fuerte motivación para
alistarse, hasta el punto de que una ley sueca del siglo XI impedía
heredar a nadie mientras estuviera en Grecia.
El equipamiento del varengo consistía en una característica hacha
de doble filo como arma principal y una espada ancha y un arco para
ocasiones puntuales. El escudo era redondo y el yelmo abierto al
estilo bizantino, con protección nasal. También podían funcionar
como caballería.
La batalla más característica de la guardia fue la de Dirraquio
contra los normandos, en la que aunque perdieron lucharon de una
forma impresionante.
La guardia varenga libra su última batalla y se disuelve en el año
1204 durante el asedio cruzado a Constantinopla-Bizancio, en el que
fueron la tropa que más resistencia opuso.
En cuanto a la etimología, la palabra varengo o varego viene del
nórdico “Varingjar” (promesa o palabra de honor), un grupo de
guerreros que se vinculaban a un señor a través de un juramento de
fidelidad a cambio de una parte de los botines obtenidos (una mezcla
entre mercenarios y vasallos).
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