domingo, 28 de julio de 2019

La guardia varega


La guardia varega tiene su origen en la Constantinopla-Bizancio del siglo X d.C, cuando el emperador Basilio II Bulgaróctono, a fin de sofocar una rebelión de la nobleza, firma un tratado con el rey Vladimir I de los rus (vikingos escandinavos que se habían establecido a orillas del Volga) por el cual entregaba la mano de su hermana a cambio de 6000 soldados. Tras ver su eficacia y lealtad, el emperador decidió convertirlos en su guardia personal. Con el paso del tiempo, se unirían a la guardia anglosajones, daneses y normandos.

Los bizantinos sabían de este pueblo debido a varias incursiones que los vikingos habían llevado a cabo en Constantinopla-Bizancio, frenadas siempre por los superioridad técnica del defensor (véase el fuego griego).



En cuanto a por qué Basilio formó su guardia con extranjeros, se produce un paralelismo con la guardia pretoriana de su hermano occidental: los romanos y bizantinos tenían tal tendencia a derrocar a sus emperadores que era más fiable contratar extranjeros.

La guardia varega juraba lealtad no al emperador si no al título imperial. Para muestra un botón, cunado los varegos fallaron en proteger a Nicéforo II se arrodillaron ante su asesino y le juraron lealtad. Queda la siguiente cita: “Vivo, lo habríamos defendido hasta el último aliento; muerto, no había razón para vengarle. Ahora tenemos un nuevo amo”. Una filosofía pragmática que les permitiría conservar su puesto hasta la caída del Imperio.

Cuando el emperador moría, los varegos obtenían el derecho de “pillaje de palacio”, que les permitía tomar tanto del tesoro imperial como pudieran cargar. Esto fue una fuerte motivación para alistarse, hasta el punto de que una ley sueca del siglo XI impedía heredar a nadie mientras estuviera en Grecia.



El equipamiento del varengo consistía en una característica hacha de doble filo como arma principal y una espada ancha y un arco para ocasiones puntuales. El escudo era redondo y el yelmo abierto al estilo bizantino, con protección nasal. También podían funcionar como caballería.

La batalla más característica de la guardia fue la de Dirraquio contra los normandos, en la que aunque perdieron lucharon de una forma impresionante.

La guardia varenga libra su última batalla y se disuelve en el año 1204 durante el asedio cruzado a Constantinopla-Bizancio, en el que fueron la tropa que más resistencia opuso.

En cuanto a la etimología, la palabra varengo o varego viene del nórdico “Varingjar” (promesa o palabra de honor), un grupo de guerreros que se vinculaban a un señor a través de un juramento de fidelidad a cambio de una parte de los botines obtenidos (una mezcla entre mercenarios y vasallos).



viernes, 19 de julio de 2019

Historia de la esclavitud: Mesopotamia, Atenas y América

Mesopotamia

En Mesopotamia, el esclavo era considerado una propiedad material en toda regla, y en caso de ser dañado quien debía ser compensado era su dueño, y no él.
Se diferenciaba del ciudadano libre por ser marcado con el nombre de su dueño mediante un hierro candente y lucir un largo mechón de pelo. En caso de que un barbero cortara este mechón se le cortaría la mano y se empalaría a quien dio la orden a la puerta de su casa. El castigo por ayudar a un esclavo a escapar era la muerte.

Los esclavos eran prisioneros de guerra, criminales y gente que no podía pagar una deuda y debía saldarla con su libertad, la de su mujer o la de su hijo.
El esclavo podía tener dinero, que usaba para comprar cosas, otros esclavos o incluso su propia libertad, aunque esto era bastante insólito.

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                                                            Esclavos mesopotámicos
Atenas

La población esclava en Atenas consistía un tercio del total, la mayoría bárbaros prisioneros de guerra, secuestrados por piratas o vendidos por sus familias.
Los esclavos desempeñaban toda clase de tareas, tales como obreros, artesanos, policías, verdugos o escribas. Los esclavos domésticos o empleados por artesanos para llevar su taller llevaban una vida bastante aceptable para su condición, pero los destinados a tareas del campo, minas o comprados por el Estado para los burdeles se hallaban es una situación especialmente dura.

Un esclavo podía comprar su libertad, ser liberado por su amo, ya fuera en vida o mediante testamento, o acudir al Templo de Teseo para solicitar un nuevo amo en caso de que el actual fuera demasiado cruel.

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                                                               Esclavos atenienses

América

Los españoles (y los ingleses) usaban en América esclavos indígenas o negros traídos de África por los llamados negreros.
En lo que respecta a los indígenas, existían tres formas de esclavitud:
Repartimiento: Se obligaba a los indígenas a trabajar a cambio de un salario paupérrimo
Encomienda: Se “encomendaba” un grupo de indígenas a un español para que le sirvieran a cambio de ser cristianizados.
Mita: Se obligaba a los indígenas a trabajar en las minas bajo duras condiciones.

Los esclavos negros toman protagonismo ya con EEUU, al desaparecer los esclavos indígenas. Eran traídos de África y vendidos en grandes mercados al aire libre precisando si se trataba de un esclavo doméstico, de carga, semental…
Los esclavos solían ser destinados a haciendas donde se encargaban de labores agrícolas y domésticas. También existían las llamadas peleas de mandingos, en las que dos dueños enfrentaban a sus esclavos en combate cuerpo a cuerpo y apostaban. Los esclavos podían llegar a mutilar o matar a su contrincante.

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                                                               Esclavos negros y negrero