La Guerra de los Cien Años (que en realidad duró 116) enfrentó a Francia e Inglaterra junto con sus respectivos aliados, resultando en un inmenso número de bajas (entre 6.300.000 y 10.000.000). Pero, ¿cómo empezó el conflicto?
Nos remontaremos al año 1066, cuando los normandos se hacen con el trono inglés. El problema es que Normandía siempre había sido vasalla de Francia, por lo que esta le exige sumisión, lo cual no gusta a los normandos, que se niegan.
En el siglo XII, los normandos son reemplazados por la dinastía Anjou, nobles con extensas posesiones en Francia, lo cual incomoda a los franceses.
Para calmar la situación, Enrique III de Inglaterra cede a Luis IX de Francia todas las posesiones de sus antepasados normandos mediante el Tratado de París de 1259, salvando Gascuña y Aquitania, que había heredado por vía materna.
El hijo de Enrique, Eduardo I, mantendría hostilidades con Francia entre 1294 y 1298, pero el asunto no fue más allá.
Tratado de París
Los principales problemas llegarían con la extinción de los Capeto, la dinastía real francesa, que llevaría a Eduardo III de Inglaterra, sobrino por parte materna de Felipe IV el Hermoso, a reclamar el trono de Francia, Para impedir esto, los franceses crearon la ley sálica y dieron la corona a la dinastía Valois, que exige a Eduardo III el pago de homenajes por las tierras que conserva en Francia.
Habiendo ya fuertes tensiones entre Francia e Inglaterra, Roberto de Artois, pariente de Felipe VI de Francia, se rebela contra él, Eduardo III, como ataque al francés, acoge a Roberto en su corte, y Felipe VI le devuelve el golpe invadiendo y anexionándose Gascuña, a lo que el inglés responde reclamando su derecho a heredar el trono francés. La Guerra ha comenzado.
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