Ingleses: Eduardo de Woodstock
Llamado el Príncipe Negro por el color de su armadura,
Eduardo de Woodstock era hijo primogénito de Eduardo III de Inglaterra. Fue el
primer caballero y cofundador de la Orden de la Jarretera, la orden de
caballería más importante y antigua de Reino Unido.
Entre sus hazañas militares destaca la batalla de Poitiers
(1356), en la que al mando de 7000 hombres acabó con la caballería pesada
francesa y apresó a Juan II de Francia, que fue llevado a Inglaterra. Para su
devolución, los franceses pagaron con un tercio de sus territorios y cuatro
veces su PIB; sin embargo, el rescate fue ligeramente inferior al exigido y,
aún habiéndolo pagado, el rey no fue liberado.
Eduardo moriría un año antes que su padre, siendo el primer
heredero inglés en no llegar al trono.
Franceses: Juana de Arco
Llamada la doncella de Orleans, Juana de Arco encabezó el
ejército francés por orden directa de Dios (probablemente fuera esquizofrénica) y fue quien consiguió que Carlos VII
fuera coronado. Entre sus hazañas se cuentan el sitio de Orleans y la batalla
de Patay, además del famoso hallazgo de la espada de Carlomagno, que se
califica como milagro.
Fue capturada en la batalla de Compiègne contra los bretones,
ya como paramilitar, pues el rey dejó de responsabilizarse por sus acciones. Su
captura se debió a que el capitán de la ciudad, por evitar su invasión, cerró
las puertas aún estando Juana fuera.
Los bretones la entregaron a los ingleses, que la acusaron
de herejía y la quemaron el 30 de mayo de 1431 en Ruam.