lunes, 9 de septiembre de 2019

Don Rodrigo, señor de los visigodos


El rey visigodo Roderico, más conocido como don Rodrigo, se hizo por la fuerza con el trono hispánico a la muerte del rey Witiza entre el 710 y el 711, apoyado por una buena parte de la nobleza electora.
Los nobles que no apoyaban a Rodrigo se sublevaron y juraron lealtad al hijo de Witiza, Agila II, que aún era un niño. De este modo, del reino visigodo se escindía la zona noreste de la península, llevando a una guerra civil entre dos reyes que representaban distintos intereses de una nobleza dividida.
Mientras tanto, en el norte de la vecina África, los musulmanes se preparaban para expandir el imperio de Alá hacia Europa. Empezaron a llevar a cabo incursiones en la Península Ibérica cuando Rodrigo se hallaba en campaña contra los vascones, y el ejército visigodo se redirigió hacia el sur para hacerles frente. Esto les retuvo durante un tiempo, pero la división del ejército de Rodrigo entre dos frentes (witizianos y musulmanes) y la posible traición de don Julián acabaron desbordándole. Además, hay fuentes que afirman que Rodrigo pactó una tregua con los witizianos para unirse contra los invasores, pero estos le abandonaron en la batalla de Guadalete (711), lo cual propició su asesinato por los seguidores de Mahoma, superiores logística y numéricamente.
Poco más se sabe de este rey, pues las fuentes son escasas y difieren según se trate de musulmanes o mozárabes de ambos bandos. Los árabes se centran en narrar su fácil conquista de la península, mientras que los witizianos le pintan como un rey débil que sucumbió fácilmente ante el invasor y sus partidarios hablan de cómo fue traicionado por los witizianos y cómo resistió hasta el final, empapándolo en una heroicidad no muy fiable.


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viernes, 6 de septiembre de 2019

Sobornos ingleses a generales españoles durante la WWII


Tras la guerra civil de 1936-39, España se hallaba exhausta tanto en lo material como en lo moral. Esto, sumado a su tentadora ubicación estratégica, convirtió Madrid en un auténtico nido de espías con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Con la transición de España de país neutral a no beligerante en 1940 (consecuencia de la expansión alemana y la entrada de Italia en el conflicto), Inglaterra temió que España se alineara de facto con el Eje, y envió al embajador Samuel Hoare para asegurarse de que esto no ocurriera.

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Samuel Hoare

Hoare entró en contacto con el banquero Juan March, a quien propuso actuar de mediador en una serie de sobornos. El plan consistía en que March diera dinero inglés a militares y altos cargos franquistas para que desaconsejaran al Caudillo la entrada de España en la guerra. La excusa presentada a los corruptos fue que la guerra afectaría negativamente a grandes empresas españolas. Esta operación fue aprobada en secreto por el primer ministro inglés Winston Churchill.
Entre los sobornados se cuentan unos treinta generales, dos ministros (ejército y gobernación) y Nicolás Franco, hermano del Generalísimo.
La suma total de los sobornos se sitúa entre ciento cincuenta – mil millones de euros actuales.

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Juan March

Bibliografía recomendada
Eslava Galán, J., 2016. "Historia de España contada para escépticos." Barcelona: Planeta.
Viñas, A., 2016. "Sobornos." Barcelona: Crítica.